
Un 35% de los casos de hiperactividad en niños podría reducirse si la madre no hubiera consumido tabaco durante el embarazo y si los pequeños disminuyeran su exposición a sustancias como el plomo durante la infancia.
El riesgo se multiplica
Así lo revela un estudio publicado en la revista ‘Pediatrics’, que concluye que las posibilidades de que un niño desarrolle hiperactividad durante la niñez se multiplican si este ha estado expuesto previamente a los contaminantes del tabaco y el plomo durante la gestación y infancia, respectivamente.
Los consejos que dan los especialistas para evitar el riesgo de que el niño sea hiperactivo consisten fundamentalmente en evitar durante la etapa prenatal y la infancia el contacto del niño con los agentes contaminantes del tabaco y la nicotina y, a su vez, prevenir también el contacto con el plomo de los más pequeños con unas sencillas recomendaciones que pasan por evitar en la medida de lo posible el contacto de los niños con paredes fabricadas con pintura de plomo que presenten un estado descascarillado y dejar correr un poco el agua del grifo antes de consumirla.